Comenzamos el curso con el período de adaptación de nuestros peques, por lo que no queremos dejar pasar la ocasión de daros algunos consejos en estos momentos un tanto desconcertantes para quienes se incorporan por primera vez a nuestras rutinas. No importa lo pequeños que sean, a veces parece que no nos van a entender, pero contamos con recursos suficientes para hablar el lenguaje de los niños: cuentos, dibujos incluso explicaciones concretas que los niños puedan comprender y no se sientan abandonados o desorientados tanto en el tiempo como en el nuevo espacio.

Los primeros días la escuela infantil, lo principal es que entiendan que:

  • Los padres no se quedan en la puerta el tiempo que el niño está en la escuela.

    Muchos niños no sólo lloran pegados a la puerta o señalándola porque creen que sus padres continúan en el mismo lugar donde les han dejado, sino que, además, gritan a todo pulmón, para que les oígan. En la medida de lo posible hay que hacerles entender que los papás se marchan a una hora y vuelven a otra.

  • Volverán seguro, ¿pero cuándo?: un niño pequeño no entiende de horarios, ni ratos, ni cualquier concepto abstracto de tiempo.

    Sin embargo, sí entiende de rutinas. Sabe qué va después del baño o después de la comida, por lo tanto, podemos explicarle las rutinas que va a hacer en la escuela, por orden, y después de qué rutina va a volver a ver a papá o mamá para llevarles a casa, donde hará continuará con sus rutinas habituales. Esto, junto al hecho de que efectivamente los padres van a volver, es fundamental que lo asimilen tanto en la explicación por parte de los padres como a base de la comprobación diaria de que esto ocurre tal y como los padres le han adelantado.

  • La escuela es un lugar para estar con otros niños y las personas en las que depositamos nuestra confianza para cuidar a los hijos.

    Habrá que tener mucho cuidado con mostrar nuestras dudas o miedos delante de los niños respecto a la ansiedad por la separación, tanto verbalmente como emocionalmenta a través de gestos, abrazos, llantos y demás formas de expresar nuestra angustia ante la delegación del cuidado de los hijos. De lo contrario, los niños pensarán que van a un lugar de tortura. Además, hay algunos niños que, por circunstancias, no están acostumbrados a convivir con iguales y antes de asimilar la identidad de grupo, pueden ver a los otros niños como rivales en su demanda de atención o enemigos ante la posibilidad de que tengan que turnarse o compartir juguetes, juegos o espacios, por lo que también vamos a tener que adelantarnos y ponderar lo poditivo de estar con otros niños, que podemos llamar compañeros o amigos para empezar a tejer esa identidad de grupo.

Ansiedad por la separación

Como hemos comentado, preparar a los niños con explicaciones, dibujos, canciones y cuentos es fundamental. Sin embargo, los niños deben comprobar que realmente sucede todo lo que los papás les anticipan que va a pasar, lo cual requiere un factor clave para este período: tiempo. Por lo tanto, los papás deben tener paciencia y no alarmarse si dejan a los niños llorando en la escuela durante todo el primer més. Lo más probable es que, al rato, deje de llorar y comience a interactuar con el resto de niños y disfrutar de las rutinas del aula.

Sabemos que es difícil para los padres separarse de sus hijos, a veces se mezcla con cierto sentimiento de culpa por delegar el cuidado los mismos y el momento de dejarlos se hace un mundo tanto para los padres como para los hijos. Esto se conoce como «ansiedad por la separación» y conseguir superarla es un trabajo interno personal. Nuestro equipo estará encantado de ayudar en todo lo que sea posible, ya que cuanto antes se supere la ansiedad de los padres, antes se adaptará el niño a su nueva rutina escolar.

Interactuamos: profes – compis – espacio

En estos primeros días, los alumnos han empezado a conocer los espacios que van a formar parte de su rutina: la escuela, el patio y el aula. También han empezado a interactuar entre ellos y a establecer vínculo con su persona de referencia en el centro.
Los más mayores, además, han comenzado a conocer los materiales que van a utilizar, así como las rutinas básicas de aula, con charlas de grupo con sus compañeros sobre las vacaciones, el verano y los reencuentros.
A medida que vayamos acompañando a los peques en su adaptación, también iremos introduciendo temas como el otoño, los miedos y nuestro proyecto de centro, así como las rutinas de aula en torno a las inteligencias múltiples, técnicas de pensamiento, rincones de rabajo o formar equipos y parejas para trabajos cooperativos.
Y dentro de nada, empezaremos con nuestro reto anual.