Clap: Deportividad y diversión

No solo nos divertimos cuando jugamos un partido de fútbol, también cuando nos convertimos en espectadores y animamos a nuestro equipo. El deporte debe ser una manera sana de entretenerse, de compartir un momento de pasión y respeto hacia el contrincante, de dar sentido a la palabra «deportividad», en la cual haremos hincapié a la hora de ser buenos compañeros de juego, competir y saber perder o ganar, así como a la hora de animar a nuestro equipo con el respeto adecuado hacia los jugadores y los aficionados del equipo contrario. Sin deportividad, la diversión no es posible.

Run: Estar activo ayuda a estar vivo

Mantener en forma nuestro organismo no es fácil. Mucho menos cuando el ritmo de vida actual implica horas sedentarias de pantallas, poco contacto con la naturaleza y un montón de tentaciones alimentarias para niños… Para contrarrestar, es necesario hacer un esfuerzo diario y establecer, de forma voluntaria, rutinas saludables: ejercicio físico, alimentación equilibrada y saber renunciar a lo que ataca a nuestro organismo o lo debilita. Los motivos deben estar claros: la salud lo es todo para nosotros y depende de lo que hagamos por ella.

Niña jugando en la escuela infantil de Madrid Alaria International Nursery School Nuevos Ministerios. Inteligencia kinestésica y espacio-visual. Psicomotricidad, desarrollo psicomotriz, proyecto Crush. Aprendizaje colaborativo y cooperativo.

Shine: Cuerpo y mente, el ejercicio sienten

Además de la salud física que proporcionan los deportes, son inabarcables los beneficios que estos proporcionan a la salud mental. El simple hecho de hacer ejercicio al aire libre despeja, relaja y oxigena el cerebro, predisponiéndolo para un descanso más productivo durante el sueño.

El tratar de superarse trabaja la disciplina, la autoexigencia y la autoestima, así como la perseverancia y ser capaces de permitirse a uno mismo fallar para aprender y volver a intentarlo de nuevo.

Los deportes de equipo ayudan a empatizar, a compartir y convivir con respeto, a trabajar en colaboración permanente y poner los intereses comunes por encima de los propios. Además, fomentan la competencia sana, enseñan tanto a ofrecer como a pedir ayuda y dan la posibilidad de socializar de manera sana y directa entre iguales, sin que tenga que mediar una pantalla ni ninguna otra «muleta» para que los niños interactúen.