Actualmente la conciliación familiar es uno de los grandes retos de la sociedad occidental, su importancia va más allá de la mera organización de la familia, sino que trasciende al propio desarrollo de la sociedad, ya que los primeros años de vida del niño son fundamentales para su posterior desarrollo como adulto y, por supuesto, es más fácil educar bien a un niño que intentar arreglar a un adulto, por lo tanto para los padres, los primeros años de vida de sus hijos son muy importantes, pero actualmente todos somos conscientes de las dificultados que implica de lo importante personales y laborales que deben conciliar.

Cada vez es más habitual en todos los países de Europa que los niños pasen al menos una parte del día fuera de sus hogares. Por lo tanto la escuela infantil toma un papel fundamental, tanto como apoyo a los padres como en la educación emocional de los niños, “Un buen cuidado de los niños no sólo deber ser educativo, sino también receptivo; debe estar informado por una manera imaginativa de entender las experiencias y los sentimientos de los pequeños, en especial cuando están separados de sus padres. Por ello la necesidad de que los educadores infantiles observen sistemáticamente y con detenimiento a los niños que atienden, que reflexionen sobre sus observaciones y que las compartan y analicen con los padres” (E. Goldschmied; S. Jackson, 2000, 17) y otros profesionales si fuera necesario. “Puesto que casi todos los recuerdos anteriores a los tres años se pierden, ésta es una de las pocas maneras de que disponemos para intentar comprender las sensaciones y los sentimientos de un niño pequeño” (E. Goldschmied; S. Jackson, 2000, 17).

La comunicación escuela-familia, un programa de educación emocional adecuado y la atención individualizada de cada niño son fundamentales para su desarrollo, en Alaria somos conscientes del gran compromiso que tiene la escuela infantil y trabajamos día a día por conocer y reconocer a cada alumno y sus necesidades.

Si se pregunta a los padres que desean para sus hijos, la respuesta más generalizada sería: “Que sea feliz”, una respuesta amplia y genérica. La felicidad es un concepto difícil, pero lo que sí sabemos es que aprender a gestionar las emociones y sentir un amor incondicional en los inicios de la vida son claves para conseguir un correcto desarrollo psicológico y por ello debemos luchar juntos padres y educadores.